«BAICO» LA PREFERIDA DE TURISTAS E INVESTIGADORES

En el marco del centenario del antiguo penal de Coiba, que se conmemora hoy miércoles 20 de noviembre, fue presentado en conferencia de prensa e invitados especiales el libro “Baico, Coiba por dentro», de la autoría de Narciso Bastidas, apodado Mali- Mali por la población penal que a finales de la década del 80’ cumplía condena en la isla, al igual que él.

BAICO

Después de diez años retrotrayendo sus experiencias en el penal en una máquina de escribir de segundo uso que le obsequió su hermana Felicidad Bastidas, finalmente Narciso, de 56 años, decidió compartir sus vivencias de más de once años en la cárcel que en otrora acogía a los peores delincuentes del país.

Los lectores podrán apreciar algunas fotografía inéditas de la cárcel en sus primeros años, el campamento central, el muelle cerca de la playa, el faro, la belleza natural que  adornaba la isla, entre otras.

El libro, que contó para su producción con el  respaldo de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), institución que  desde un principio creyó en la importancia de divulgar el compendio de relatos de este escrito,  por lo que representa  en la historia de nuestro país  la fenecida cárcel de Coiba, que tuvo su origen en 1912 durante el mandato del presidente  Belisario Porras; sin embargo, fue en 1919 que se permitió el desarrollo de la isla  con la presencia de los primeros reclusos, que se dedicaban a la agricultura y a otras faenas de campo.

Mali-Mali, el autor de la obra Baico. Nació en la isla de Sasardi Mulatu, Guna Yala
Mali-Mali

Mali- Mali, oriundo de la comunidad de Sasardi Mulatu, Guna Yala, destacó que su libro se enfoca, en gran parte, en cómo fue su convivencia en la isla junto al resto de la población penal, la relación o trato con las unidades de la zona de tiburones de Coiba, conformada por unos 300 militares responsables de custodiar y mantener el orden  en el penal, sus intentos fallidos de fuga, la masacre de Coiba de 1998, en cómo se enamoró de la isla que lo privó de su libertad y el impactó que causó en el lugar la invasión estadounidense del 20 de diciembre de 1989.

“Baico” la palabra Coiba a la inversa, de acuerdo a Narciso no está escrita para  enjuiciar sino para dejar plasmado parte de lo que ha sido nuestra historia como República, que los jóvenes se interesen en saber más de la Patria y cómo logró conocer como la palma de su mano cada rincón de las más de 50 mil hectáreas, que forman  hoy  el Parque Nacional Coiba, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia  y la Cultura ( Unesco) en 2005.

El administrador de la ATP, Iván Eskildsen, destacó, por su lado, que “Baico” es una obra literaria que invita a querer experimentar el Coiba de hoy, un paraíso de ensueño y aventuras, lejos de atemorizar como en aquellos tiempos en los que un viaje a la isla significaba incertidumbre, temor y tortura.

«Esta obra abre un vínculo con el pasado, el presente y el futuro del lector con su parte del país cambiante, su significación podría convertirlo en una lectura obligada, para que las generaciones actuales conozcan aún más nuestro Panamá profundo”,resaltó.

Dijo que como regente del turismo está comprometido en desarrollar esta zona de manera sostenible en coordinación con Miambiente en lo que ya existe como los senderos y la zona de amortiguamiento en Santa Catalina y alrededores que sirven de punto de partida hacia las ruinas del antiguo penal. “Queremos conservar estas estructuras de 100 años y explotarlas como atractivo turístico al igual que ocurrió con la isla Alcatraz, antigua prisión militar, en el centro de la bahía de San Francisco en California, Estadso Unidos, que es atractiva por la historia que envuelve esa cárcel, pero no tiene la belleza natural de Coiba».

La isla fue bautizada “Baico” por los reclusos en aquella época y aún hoy- asegura Narciso- “todo el que cayó preso y purgó condena en la colonia, la identifican inmediatamente con ese nombre”.

Coiba tenía mala fama que nadie quería conocer y el que ingresaba en ella “lo primero que le venía a la mente era escapar”, comenta en un breve relato Mali-Mali- como abreboca de lo que el lector podrá conocer, más a fondo, en su obra, en la que también describe cómo se aferró a Dios para soportar el cautiverio.

Mali-Mali (huesudo en lengua guna), apodado así por su delgadez, siguió comentando, que la isla fue intervenida un 20% desde 1919 hasta el 2004, cuando se cerró totalmente. “Los últimos reclusos los trasladaron a la capital y a otros a las provincias centrales.

Coiba es la isla más grande del pacífico centroamericano y tiene un 80% de selva virgen y, actualmente, se han recuperado el 20% del área que fue ocupada para la construcción de la cárcel de 23 campamentos, que alojó a más de 700 privados de libertad.

Un año después de la invasión y que el presidente Guillermo Endara Galimany decretara que el Centro Penitenciario de Coiba pasaba a ser Parque Nacional a la isla empezaron a llegar los primeros civiles y custodios civiles, e, igualmente, científicos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para estudiar y clasificar la flora y fauna del parque. “Cuando llegaron los científicos se percataron que Coiba es una isla excepcional refugio de muchas especies en peligro de extinción y especies endémicas únicas en esta región del país», aseguró Mali- Mali, hoy guardaparque en Coiba.

 El público podrá adquirir el libro en las diferentes sucursales del Hombre de la Mancha, empresa que de manera solidaria se brindó hacer la distribución, ya que los ingresos de las ventas se entregarán a Narciso.

Sobre Mali-Mali

Llegó a la isla esposado, junto a otros seis reos, el 27 de febrero de 1988, luego de permanecer un año y tres meses en la Modelo, cárcel ubicada en El Chorrillo, que fue demolida el 10 de diciembre de 1996, durante la administración del ex presidente Ernesto Pérez Balladares.

El interés de estar en Coiba, donde pagaría 17 años de condena por un hecho delictivo en el que fue involucrado y en el que asegura tuvo que declararse forzosamente culpable, con tan solo 23 años de edad. En Coiba tenía un solo propósito escapar, por lo que armó una estrategia junto a otro recluso, quien le avisó, en una misiva que le envió a la Modelo, que todo estaba listo para la fuga. El primer intento, con la amenaza de ser atacado por tiburones y cocodrilos, fue infructuoso al igual que el cuarto durante la invasión estadounidense a Panamá.

El 6 de agosto de 1998 cumplió su condena y regresó a Arraiján en Panamá Oeste. En la ciudad capital intentó conseguir empleo, durante un tiempo, pero fue infructuoso, porque sobre su sombra cargaba los años de cautiverio en Coiba. El panorama cambió en diciembre de ese mismo año cuando se inauguró el Hospital San Miguel Arcángel, en el distrito de San Miguel, donde fue contratado para hacer labores en la lavandería. Allí trabajó dos años. En el 2000 se tropezó con antiguo jefe que le propuso trabajar con la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON) como guardaparque. En el 2003 con la llegada de nuevos investigadores decide trabajar con el Instituto Smithsonian recorriendo los bosques de Coiba. Actualmente, trabaja como guardaparque certificado del Miambiente custodiando la isla de la cual se enamoró.

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